15/7/09

CASI MIL COSAS POR LAS QUE LLORAR

Somos la generación sin nombre.
Sin nombre, sin trabajo, sin futuro. Sin ideales políticos o estéticos, sin playa debajo del asfalto, sin revolución, sin transición. Sinrazón, sinvergüenza, sinsabor siquiera. Sin ton ni son.

Pero no es dramático, esto no es tan trágico. Esto no es un drama, no: te diré mil cosas por las que llorar.


El maestro de ceremonias está elaborando una lista de mil razones por las que llorar. No sabemos si esto supondrá nuestra salvación o el advenimiento del segundo diluvio universal, si moriremos llorando de risa o de pena. De momento, en su blog hay reunidas 303 cosas por las que llorar. Rebélate contra cosas tan terribles como jar jar binks, la baticao o los nicks del messenger. Sufre con nosotros, por no poder ser más valientes, por otra playa más que desaparece, o last but no least, por la simpatía artificial.


Entra en pornohablarte, y colabora para llegar a las 1000 cosas por las que llorar, para que J. pueda enviárselas a Nacho Vegas, que sea consciente de su repercusión mediática y se suicide. Con esto harán 1001.Con lo cual culminaremos la obra maestra con la que pasaremos a la historia, si no por capaces, al menos por cínicos.


10/7/09

El arte de la guerra

"Todo arte de la guerra se basa en el engaño.
El supremo arte de la guerra es someter al enemigo sin luchar".


Sobre estos dos pilares se sostiene toda la filosofía de El arte de la guerra, atribuido a Sun Tzu, un general chino de alrededor del siglo IV d. C. Esta obra sobre estrategia militar que los actuales altos ejecutivos y empresas de management han adoptado como libro de cabecera debería leerse obligatoriamente en los institutos. Las máximas de Sun Tzu son perfectamente válidas traspasadas a casi cualquier otro ámbito de la vida, porque realmente "la mejor victoria es vencer sin combatir". Porque "si utilizas al enemigo para derrotar al enemigo, serás poderoso en cualquier lugar al que vayas"; y porque "la ira puede convertirse en alegria, y la cólera puede convertirse en placer; pero una nación jamás puede ser reconstruida, y una vida no puede volver a nacer". Así que, si se dispone alguno de ustedes a enfrentarse a la búsqueda de trabajo, a unas mudanzas o a las familias políticas, lean a Sun Tzu y háganse uno con el Tao.



Bola extra. Un haiku de melancolía:

Ésta es la mano
que alguna vez tocaba
tu cabellera.

J. L. Borges